Heterocromía es un libro de cuentos de Julián Ciocia, editado por OYD Ediciones.
Contratapa de Heterocromía
Situaciones de la vida cotidiana se entremezclan con relatos oníricos, mundos fantásticos e historias espeluznantes en una selección de cuentos que perturbará la inocencia del lector a cada vuelta de página.
En los doce relatos que componen Heterocromía las reminiscencias a los maestros de lo siniestro (el Unheimlich freudiano) son constantes, desde Kafka y Stephen King a Cortázar, Silvina Ocampo y Felisberto Hernández, pero en todos los casos las referencias están actualizadas y adaptadas a nuestros tiempos. El resultado es la creación de mundos cerrados, que construyen el clima ideal para que lo familiar se trastoque y genere la intranquilidad propia del fantasy y el terror.
Con este nuevo libro, Julián Ciocia demuestra que su anterior novela, Dragón, no era una pieza única, sino la primera de una obra que promete ser vasta, con una voz autoral fácilmente reconocible y una misión entre ceja y ceja: perturbar la tranquilidad de quien lo lea, exhibir la policromía de nuestra mirada. En estos cuentos, sin dudas, lo logra con creces.
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Reseña
El autor nos trae 12 historias. En ellas, los protagonistas conocerán personas a las que hubiesen deseado no conocer, o irán a lugares a los que, de haber sabido lo que los esperaba, no hubieran ido.
Lo más presente en estos relatos es el comportamiento extraño de algunos personajes. Eso es lo que va dando pie a las distintas tramas. Una joven que no encuentra una dirección, vendedores de una tienda de ropa, el portero de un edificio, un hombre en un departamento, un desconocido que camina por la calle, un anciano malhumorado, un tipo que va a una entrevista de trabajo. Gente que podría ser normal, y cuyos comportamientos podrían no salirse de lo socialmente aceptado… y, sin embargo, escapan a lo esperable. Gente rara, que hace cosas raras. Créame, lector: eso nunca termina bien.
Los cuentos tienen entre ocho y dieciocho páginas cada uno, siendo Heterocromía y El castigo los más largos. Y no debe ser casual que sea en ellos en los que encontremos un mejor desarrollo, tanto de la trama como de los personajes.
A propósito de estos, si bien habrá sangre en estas historias (a veces, explícita: como en El almuerzo, El castigo y El vecino de enfrente; otras veces, implícita: como en La sombra de Alan y El control remoto), en la mayoría de los cuentos que componen Heterocromía el terror pasa por los secretos y la identidad de los personajes: tendremos hombres ocultando sus crímenes (y alguien que está a punto de descubrirlos), jóvenes sin saber bien quiénes son ellos mismos ni dónde están (y que tendrán una revelación), y algunos cuya personalidad es manipulable por terceros (sin buenas intenciones).
También cabe destacar que Ciocia no escatima en hacer sufrir a los niños. Las cuestiones etarias no son válidas para dejar a salvo a nadie a lo largo de estas páginas.
Los cinco cuentos que más quiero destacar de esta antología son:
- Heterocromía: un joven vuelve a su barrio después de un par de años, un vagabundo ronda la plaza y una chica, mapa en mano, intenta dar con una dirección.
El autor utiliza uno de mis recursos favoritos. Es una buena manera de dar inicio al libro.
- El almuerzo: cada cual cumple su función en los almuerzos familiares. Puede haber discusiones y enojos, pero todo es estable mientras no se alteren los roles. El más mínimo, y a simple vista inofensivo, cambio, puede provocar un derrumbe, cual Jenga.
Es interesante ver cómo una mínima acción genera un efecto dominó. Estamos ante las consecuencias insospechadas de nuestros actos.
- Maniquíes nuevos: una pareja va de compras a una tienda de ropa y absolutamente todo les parece irresistible.
Acá podemos entrever temas como el consumismo, la persuasión y la mercantilización del cuerpo.
- El castigo: el portero del edificio le parece algo extraño a Laura. Su amiga, Roxana, le dice que está imaginando cosas. Pero… ¿por qué la puerta del hall siempre está cerrada con candado?
Se evoca un cuento clásico. La crueldad, la crudeza y lo gráfico que resulta este relato, lo convierten en uno de los mejores de esta antología (esto no quita que tenga una crítica que hacerle: en mi opinión, le sobran las últimas dos oraciones).
- La fiesta de cumpleaños: un anciano se golpea la pierna una semana antes de su cumpleaños y, de puro bromista, decide exagerar el dolor, para asustar a su familia.
Un poco de humor negro siempre viene bien.
La ilustración de la portada es obra del caricaturista Juan Carlos Galeazzi, y se trata de una versión creepy de la multipremiada actriz Audrey Hepburn (entre cuya filmografía se encuentran “Sola en la oscuridad”, de 1967, y “Lazos de sangre”, de 1979. Esta última, basada en una novela del maestro del suspenso y del misterio Sidney Sheldon).
Asesinos, demonios, bucles temporales y hasta un guiño a la obra de Lovecraft son algunas de las cosas que se encuentran en estas 143 páginas.
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Julián Ciocia nació en 1992 en Buenos Aires. Es Diseñador de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires. Participó de talleres de narrativa con Hilda Guerra en la Biblioteca Nacional. Publicó los cuentos «Escalinata de hierro» (revista Coartadas 2014) y «La casa deshabitada» (Selección de los mejores cuentos y poesías. Homenaje al amor, Grupo de Escritores Argentinos, 2015). Es guionista de los cortometrajes La Vecina (2015), Un lugar fuera del tiempo (2017) y Veneficus (2018). En 2019 publicó «Dragón» (OyD Ediciones), su primera novela. En 2021 publicó «Heterocromía» (OyD Ediciones), su primera colección de cuentos.
Oriundo de Ezeiza, nació en 1990 y es profesor en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Se desempeña en escuelas de nivel secundario, tanto con adolescentes como con adultos. Recibió menciones especiales y de honor en varios concursos literarios, y participó con cuentos en distintas antologías. Es bibliómano, bibliófilo y todo eso.
