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El juego del ciego y de la luz, de Ignacio Erades

El juego del ciego y de la luz es una novela de Ignacio Erades, publicada en el 2024 por la editorial Libella.

El juego del ciego y de la luz 1

Contratapa

Jorge, un joven cura, llega al punto de inflexión donde disputa su voluntad con los instintos que son inherentes a la debilidad de la carne. Sin embargo, jamás abandona la fe, porque recibe inequívocas señales de una fuerza superior que se expresa a través del frágil velo de la realidad y lo onírico. Blanca, a su vez, se debate entre la fantasía de estar con él y de soportar el ambiente asfixiante que la rodea. El problema de Jorge nunca fue su devoción, no. El problema real es a quién le profesa su fe.

El autor nos presenta, en esta, su segunda novela, un mundo gris y nostálgico que aparenta ser un drama bien representado, hasta que incluye una inesperada dosis de alucinante fantasía con tintes terroríficos, que cobrará un ritmo cada vez más vertiginoso, en medio de un grupo de personajes que sucumben a sus deseos más profundos.

Escrito por Damián Cotar

Reseña de El juego del ciego y de la luz

Ester y Blanca, madre e hija, no soportan más el comportamiento de Orlando, esposo y padre. Desde su jubilación anticipada, se volcó al alcoholismo, y los maltratos e insultos son cada vez más frecuentes.

Ester es muy devota y nunca falta a misa. El padre Jorge es carismático. Además, ayuda a la comunidad de distintas formas.

Blanca acompaña a su mamá a la iglesia y termina colaborando con el párroco. No tardarán en sentir mutua atracción, desencadenando la culpa de Jorge y el enojo de Orlando.

Este es el punto de partida de El juego del ciego y de la luz. A simple vista, se trata de un drama familiar y amoroso, religión de por medio. Pero la novela no se queda ahí. Lo fantástico, lo terrorífico y hasta lo policial se apoderan de la segunda mitad de la historia.

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Estructura: del drama al terror

Con respecto a esto, cabe señalar que, si bien me entretuve con los conflictos que enfrentaban los personajes, por momentos quería que la historia avanzara más rápido, que explotase el problema central.

La novela se divide en dos partes (una de veinte capítulos; la otra de veintinueve), y el autor utiliza la primera para presentar a los personajes, desarrollar sus vínculos y, a grandes rasgos, sus problemas… pero lo fuerte viene después. Algo brutal ocurre y la desconfianza se apodera de todos.

Si bien en la sinopsis de la contratapa se menciona al terror (más precisamente: “fantasía con tintes terroríficos”), se lo hace medio por arriba. Y si sumamos que la portada no sugiere terror, era poco lo que yo esperaba respecto al género. Añadamos, también, todo el drama familiar de la primera parte. Pensé que el libro se limitaría a eso: personajes lidiando con sus problemas domésticos. Pero me llevé una muy grata sorpresa al ver que, en toda la segunda mitad de la novela, la atmósfera se oscurece. Y la construcción previa de personajes nos permite apreciar los cambios a los que se ven sometidos. El padre Jorge, con todas sus contradicciones, me parece muy bien logrado.

El juego del ciego y de la luz es una novela en la que hay violencia física, horror y gore. Y la religión juega un rol fundamental en la trama. De tanto perseguir la luz, uno puede enceguecerse, iniciando un juego en el cual se camina hacia el calor… sin ver qué es lo que lo produce.

Hay momentos del libro que me remitieron a Cementerio de animales y a El exorcista.

El juego del ciego y de la luz 2

El juego del ciego y de la luz: lo que es y lo que interpretamos

Cuando un objeto aparece en un lugar en el que no debería estar, simplemente llama la atención. Cuando pasa una segunda vez, puede resultar divertido, anecdótico. A la tercera, ya aparecen el desconcierto y la sospecha de que algo raro está pasando. Y, en efecto, en El juego del ciego y de la luz pasan cosas raras, cada vez más perturbadoras. Y Jorge, el cura, comienza a preguntarse si se tratará de señales divinas.

Un deseo sexual nace en un cuerpo en el que no debería nacer. ¿Qué hacer? ¿Reprimirlo? ¿Dejarlo crecer? ¿Concretarlo? La respuesta que demos va a determinar si somos buenas personas (en términos éticos), pecadores (en términos religiosos) o delincuentes (en términos jurídicos).

El deseo es el tema central de esta novela. Podemos afirmar que los deseos no son ni buenos ni malos, sino impulsos que nacen dentro de uno. Las connotaciones positivas o negativas que les atribuimos tienen más que ver con la moral social que con la naturaleza intrínseca de los mismos.

Si un deseo se hace realidad, es decir, si sucede algo que queremos que suceda, nos ponemos contentos. Pero, ¿y si es algo que no debería estar sucediendo, algo que va más allá de lo que creíamos posible, algo antinatural?

En El juego del ciego y de la luz, algunos personajes intentarán darle una explicación racional a los hechos, mientras que otros los considerarán milagros. Y es en esa interpretación en donde va a estar la clave del comportamiento de cada uno y el desarrollo de la trama.

Una novela de 217 páginas que combina muy bien el terror con el drama y el policial, y en cuya primera parte se siembran pistas sobre la sangre que se va a cosechar en la segunda.

Sobre el autor

Ignacio Erades

Omar Ignacio Ferreyra Erades (Ignacio Erades) nació el 18 de abril de 1985 en San Miguel, zona oeste, provincia de Buenos Aires.

En la actualidad vive en Ciudad Jardín, El Palomar. Es capitán de ultramar y fotógrafo profesional en actividad.

Luego de publicar su primera novela Lo cotidiano del miedo, en plena pandemia, descubrió que ese acto lo llevó a la necesidad de continuar escribiendo.

El resultado de seguir el impulso es su segunda obra El juego del ciego y de la luz.