Sin Semáforos: relatos de un pueblo tan podrido como el tuyo es un libro de cuentos escrito por Leandro R. Puntin, publicado en octubre del 2023.
Contratapa de Sin Semáforos
Desde ahora, para usted, visitar un pueblo en la Entre Ríos profunda será un presagio de: horrores indecibles.
Reseña
Este es un libro que ya de entrada puso mis expectativas altas. Sin saber nada de él, y con una contratapa que no dice mucho en cuanto a su trama, una de las primeras cosas con las que nos topamos es una nota del autor. En la misma, explica que los siguientes son relatos enmarcados. Esa es una técnica que siempre me resulta interesante. Casi toda la ficción de mi autor favorito, Alejandro Dolina, va por ese lado. Para colmo, en su nota, Puntin menciona, como referencias, obras que me gustan mucho: en lo literario, Las mil y una noches, y, en la cinematográfico, Los cuentos de la Cripta y La dimensión desconocida.
Visto así, ¿cómo no iba a arrancar esta lectura con las expectativas altas?
Bueno, al margen de todo esto, vamos al contenido del libro en sí. Nos empieza hablando el novio de Virginia Piazzo. Ella viajó a Sin Semáforos, supuesto pueblo maldito sobre el cual iba a escribir su tesis. Nunca volvió. Su novio, entonces, nos comparte anotaciones y audios que ella mandaba, intercalándolos con distintas historias. Estas historias, al parecer, son hechos ocurridos en Sin Semáforos.
De esta manera, a medida que avanzamos en la lectura de los cuentos, iremos conociendo qué le pasó a Virginia… y también a su novio.
Temas y estilo
Los relatos con los que va a encontrarse quien le dé una oportunidad a este libro son grotescos, asquerosos, graciosos e intrigantes. Un horror corporal y erótico narrado con un lenguaje directo, sin adornos innecesarios que le resten a la experiencia. Puntin busca que el lector disfrute, y, para ello, evita que cualquier signo de aburrimiento o de pretensión se asome. “Estos relatos no están escritos para la gloria del autor sino para el goce del lector, que es la única gloria a la que un autor debería aspirar”, señala en el prólogo Alejandro Baravalle (de quien he reseñado La sombra en el reflejo: leer aquí).
Si el libro fuera una película, diríamos que es una pochoclera. Y lo cierto es que cumple a la perfección su cometido. Es una lectura muy divertida (por momentos, me recordó a Leonardo Oyola), con la cual me reí más de una vez, a pesar de que abundan la sangre y… otras cosas.
Con respecto a lo que el propio autor dice en la nota inicial, el tono de los relatos que encontramos acá es muy similar al de Los cuentos de la Cripta. Con cada cuento de Puntin uno se imagina un capítulo de ese estilo.
Pero, más allá de esto, el autor construyó una historia sólida. No es una simple sumatoria de relatos: las cosas que le van pasando a la protagonista (en la historia marco) dan pie al inicio de cada cuento (cinco en total). Y el último de ellos conecta con varios de los otros, dándole a todo un toque extra.
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El mejor cuento de Sin Semáforos
Al ser pocos cuentos, más que hacer una selección de los que más me gustaron, prefiero resaltar uno. En Sin Semáforos hay muertos que se mueven, psicópatas asesinos, alienígenas y perros terroríficos. Y, si bien disfruté todas las historias, quiero destacar un poquito más a la segunda: El riachuelo del amor.
¿De qué trata? Una chica que quiere llegar virgen al matrimonio está de novia con un tipo que, si bien también es virgen, está ansioso por poner en práctica muchos fetiches y perversiones sexuales que tiene en mente. ¿Qué puede salir mal? Todo, obvio. Pero no en el sentido que uno se imagina. El autor le da una vuelta al relato, que termina siendo estrafalario, a la vez que un homenaje al cine slasher.
Pero también es el cuento que más me recordó a Clive Barker, uno de los referentes de Puntin. En concreto, a su relato La era del deseo, que pertenece a la antología Sangre. Si bien en El riachuelo del amor, como dije, se da una vuelta que descoloca cualquier vaticinio por parte del lector, el tema central guarda cierta similitud con La era del deseo. Y, en relación a esto…
El terror y los excesos
En una entrevista, Barker dijo que a él le gusta llevar todo al extremo, no quedarse a mitad de camino. Esta inclinación literaria hacia los excesos es un rasgo que se puede distinguir en Sin Semáforos. En cada uno de los cuentos que componen el libro, encontramos excesos. En En carne viva hay exceso de repugnancia. Con El riachuelo del amor estamos ante un exceso de deseo sexual. En Fulgores hay exceso de mala suerte. En Perra hay exceso de miedo, de odio y de venganza. Y en Home office hay exceso de irresponsabilidad y despreocupación.
Una de las mejores formas de conocer a las personas, de sacar a flote sus pensamientos, sentimientos, miedos y fantasías más reprimidas, es colocarlas en situaciones extremas. Con lo cual estaríamos diciendo que, en Sin Semáforos, es imposible ocultar las cosas. Tarde o temprano, todos los personajes se muestran tal cual son: raros, extravagantes y moralmente cuestionables (quizás esto se luzca más en el último cuento, que, al igual que el anteúltimo, está narrado en primera persona).
Sin Semáforos es una lectura muy divertida, entre el splatterpunk y el humor negro, y con un estilo narrativo que va al grano. 135 páginas que no tienen desperdicio.
Sobre el autor
Nació en Entre Ríos, Argentina, en 1989. Actualmente vive en Barcelona, España.
Se capacitó con Teresita Yugdar, Israel Pintor, Anahí Flores, Luis Mey, Carlos Chernov y Alejandro Baravalle.
Como referencias literarias tiene a Clive Barker, John Katzenbach, Jack Ketchum y Stephen King.
Publicó varios cuentos en revistas digitales, tales como Aparato Nacional, Cronopio y Ubik.
Sin Semáforos: relatos de un pueblo tan podrido como el tuyo es su primera antología de terror publicada.
Oriundo de Ezeiza, nació en 1990 y es profesor en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Se desempeña en escuelas de nivel secundario, tanto con adolescentes como con adultos. Recibió menciones especiales y de honor en varios concursos literarios, y participó con cuentos en distintas antologías. Es bibliómano, bibliófilo y todo eso.
