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Tengo derecho a destruirme, de Kim Young-ha

Desde Corea del Sur, la primera novela escrita por el autor Kim Young-ha (Hwacheon, Gangwon, 1968) y publicada en 1996, Tengo derecho a destruirme, es una oscura parábola de la vida urbana contemporánea oriental. Incluye la exploración de la verdad, la muerte, el deseo y la identidad.

Tengo derecho a destruirme

Sinopsis de Tengo derecho a destruirme

Un narrador espectral y sin nombre acecha a las víctimas perdidas de Seúl, a las que sugiere el suicidio como único consuelo. Bajo las luces de neón de la ciudad, su historia se cruza con la de dos hermanos, C y K, enamorados de la misma mujer y en lucha por encontrarse en un mundo frenético y atomizado.

Con un estilo cercano a la ensoñación que contrasta con imágenes de potencia cinematográfica, Tengo derecho a destruirme, publicada en 1996, es una oscura parábola sobre la vida contemporánea oriental que anticipó la crisis económica y social que estalló un año después. Al igual que Ryū Murakami y Bret Easton Ellis, Kim Young-ha disecciona el desencanto de la juventud de su país y su manera de combatir el tedio existencial.

Coches que se lanzan a toda velocidad por la autopista, sexo desesperado, la internacionalización del mundo del arte y su creciente frivolidad se conjugan en este libro de culto de la literatura surcoreana reciente que marcó a toda una generación de jóvenes.

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Reseña

Este libro es uno de esos que les van a generar una sensación de no entender que están leyendo. Eso es algo que me fascina de la forma en la que escribe Kim. Sus obras nos atrapan desde el comienzo y nos llevan por una sucesión de hechos que, mientras pasan las páginas, nos enganchan y nos confunden por igual.

Tenemos un personaje principal sin nombre, que cuenta historias de otras personas que conoce gracias a su trabajo. Trabajo que no queda enteramente claro qué es, hasta el final de sus páginas. Una vez entendida esta sección, se vuelve confusa la línea entre lo legal e ilegal de este trabajo. Pero nos deja esta incógnita abierta y lista para el debate después de la lectura.

A través de estas historias conocemos personajes muy interesantes que se unen. Además de enlazarse por nuestro personaje principal, por la sensación de ausencia de un motivo para seguir viviendo. En mayor o menor medida, todos estos personajes nos dejan una historia interesante, en partes confusa, pero satisfactoria.

Con tan solo 120 páginas nos enganchamos y transitamos esta narrativa de una forma super interesante. En partes puede ponerse un poco denso, pero lo perdonamos porque es el primer libro del autor.

Realmente es un libro que se lee y se disfruta de una manera rápida, y no requiere de la totalidad de la concentración del lector. Se vuelve una lectura simple dentro de lo filosófico.

Muy recomendado, en especial, para quienes quieren incursionar sobre la literatura de Corea del Sur. Otro título muy recomendado del autor es Quién sabe si mañana seguiremos aquí.

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