Ultra/Tumba es una novela de Leonardo Oyola, de 233 páginas, editada por Literatura Random House en el 2020.
Contratapa de Ultra/Tumba
En una cárcel de mujeres, dos amantes deciden terminar con su relación sin saber que en ese mismo instante arrancará un motín. Una está privada de su libertad, la otra es oficial del servicio penitenciario. A la pelea entre las facciones que se disputan el poder en el penal, se suma el pabellón de las evangelistas, que cuenta con el refuerzo de un grupo muy especial de presas a las que tanto las autoridades de la unidad penitenciaria como las que mandan de rejas para adentro dejaron morir. Los cuerpos enterrados en el osario común han resucitado. Vuelven buscando justicia. Justicia divina. Justicia bíblica. La del Antiguo Testamento. La del ojo por ojo. Y entre tantos odios para curar –tanto amor descartable– Leonardo Oyola cuenta en este novela historias de amistades, de amores, de lealtad, de separación, de crueldad… y de zombis.
Reseña
Una fanática religiosa privada de su libertad encuentra la manera de resucitar a otras presas. El tipo de zombis que nos trae Oyola se asemeja al de aquellos que dieron origen al género Z: un ritual, algunas palabras mágicas y listo, un ejército de resucitados respondiendo a las órdenes de quien los haya traído de nuevo. En este caso, es una plaga que se circunscribe a los límites de la Unidad Penitenciaria N° 73.
Y, hablando de plaga, el libro está plagado de referencias a la cultura popular. Es algo que al autor le gusta hacer. Y el lector que las capte gozará ese plus, que no hace a la trama, ni al entendimiento de la historia, pero que le da un valor agregado a ciertas escenas. The Walking Dead, Los Simpson, 300, Lost (hay todo un capítulo que es doblemente disfrutable para quienes hayan visto Lost) y hasta Heidi, por nombrar algunas. También hay muchas referencias musicales, siendo la más destacable “It’s a hard life”, de Queen, canción cuya letra le da nombre a cada capítulo.
Conoceremos un poco sobre cómo era la vida de algunas de las reas antes de caer en la “Chanchería”. Los códigos tumberos y las lealtades irán definiendo para qué lado juega cada personaje. En líneas generales, habrá cuatro bandos: la ranchada de la Ñeri Graciela, las Culisueltas, las oficiales penitenciarias y las evangelistas con sus resucitadas.
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Ultra/Tumba: de menor a mayor
La primera parte de la novela no llegó a provocarme lo que me provocaron las otras que leí del autor: simpatía especial por algún personaje y una muy buena, y difícil de lograr, mezcla entre risa y tensión. No obstante, el libro levanta mucho en la segunda mitad. A quien tenga paciencia, le sobrará sangre para embadurnarse. Habrá explosiones, tiros, piñas, patadas, puñaladas y tripas. Y el final no defrauda para nada.
Siempre, en cualquier historia de ficción, se agradece la sensación de: “acá puede pasar cualquier cosa”. Oyola lo logra y por eso es uno de mis escritores favoritos. Cada vez que tengo oportunidad, recomiendo leerlo. Dicho esto, no recomiendo Ultra/Tumba como primer acercamiento al autor.
Y para terminar, lector, un fragmento de Queen: “En un mundo que está lleno de dolor, igual hay gente buscando a quien querer”.
Sobre el autor
Nació en 1973 y creció en el oeste del Gran Buenos Aires. Discípulo de Alberto Laiseca, sus cuentos han sido seleccionados en varias antologías y medios gráficos de nuestro país, Uruguay, Colombia, México, España y Francia. Tiene publicadas las novelas Santería y Sacrificio en la colección «Negro Absoluto», dirigida por Juan Sasturain, además de Siete y el Tigre Harapiento, Hacé que la noche venga, Bolonqui, Gólgota y Chamamé. Su anterior novela, Kryptonita, fue llevada al cine en el 2015, se adaptó como serie (Nafta Súper) en el 2016, y se publicó en versión cómic en el 2019.
Oriundo de Ezeiza, nació en 1990 y es profesor en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Se desempeña en escuelas de nivel secundario, tanto con adolescentes como con adultos. Recibió menciones especiales y de honor en varios concursos literarios, y participó con cuentos en distintas antologías. Es bibliómano, bibliófilo y todo eso.
