Impetigore es una película de terror de Indonesia. En la variedad está el gusto, o al menos eso dicen, y para comprobar esa teoría hoy vamos a hablar de esta película de terror. La palabra impetigore podría traducirse como «La mujer de la tierra maldita», o quizás como «La mujer del Infierno», que fue como finalmente se la tradujo para el mercado hispanoparlante. Impetigore está dirigida por el ya experimentado Joko Anwar, director, guionista, actor y productor indonesio, que no es ningún novato en el mundo del terror. Esta no es una película particularmente larga (tiene una modesta duración de 1 hora y 46 minutos), pero se las arregla para presentarnos una historia en tres correctísimos actos.
Impetigore abre con una escena tremendamente bien guionada, actuada y dirigida, que marca el tono general de la película: dos mujeres, Maya y Dini, trabajan en la soledad de una cabina de peajes, expuestas a cualquiera que pase. Nunca sucede nada… hasta que una noche un hombre extraño, que va y viene en auto, se detiene y comienza a hacerle preguntas invasivas. A Maya: ¿cómo te llamás? ¿De dónde son tus padres? ¿Vivías en tal y tal lugar? La tensión se hace palpable y los primeros minutos bastan para atrapar al espectador.
Luego de una elipsis indeterminada nos encontramos con nuestras protagonistas trabajando en una enorme feria, arreando ropa y cosas para vender por monedas. Están cansadas y no tienen dinero. Una idea empieza a tomar cuerpo: ¿y si buscaran la casa familiar de Maya? Ella, huérfana desde los cinco años, no recuerda a sus padres, pero sabe que tenían una casa enorme y cree que venderla podría ser la solución para sus problemas económicos. Empujada por la entusiasta Dini, que ya imagina una vida de despilfarro, decide volver a su pueblo natal en busca de esa supuesta fortuna. Y ya sabemos que, de ahí en adelante, eso no puede ir bien.
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Impetigore: el folk horror a la orden
El pueblo al que arriban se nos presenta como una aldea perdida en el medio de la nada, sin luz ni agua corriente, donde la gente es muy humilde y sospechosamente… no hay niños. Desde la llegada de Maya y Dini se empieza a percibir una atmósfera extrañísima en el pueblo y los lugareños desconfían inmediatamente de ellas.
La película a veces requiere cierto esfuerzo en el plano de la suspensión de la incredulidad. Hay que mentalizarse para no gritarle a las protagonistas que ¡¿cómo se les ocurre meterse en una casa abandonada a pasar la noche?! Pero no es nada tan grave como para que perdamos el interés. También es cierto que Impetigore no finge inocencia y nos hace saber que sí, que además del lógico miedo a morir, hay otras cosas que dos forasteras jóvenes pueden temer en un pueblo lleno de hombres furiosos. Este ambiente pesadillesco se completa con un cementerio de bebés, despellejamientos y pactos con entidades malignas.
¿Podría esta historia entrar en la categoría de folk horror? Por supuesto que sí, ya que cubre los clásicos tópicos del pueblo perdido en medio de la naturaleza salvaje, una maldición que ha durado generaciones, creencias religiosas truculentas y, como no puede faltar, la intervención de los citadinos ignorantes que la pasan mal. Aunque obviamente hay escenas bastante violentas, no se regodea en el gore innecesario y casi siempre prefiere sugerir que mostrar abiertamente.
Lo único que realmente no funciona en esta película (y es una pena) es el final. La explicación resulta ser confusa, rebuscada, presenta vueltas de tuerca que no afectan el desenlace y en general no engancha con lo planteado previamente. Es un poco decepcionante que una película tan bien hecha, en donde todo lo demás funciona con precisión, pierda el ritmo en los últimos minutos. Sin embargo, esto no es motivo suficiente para dejar de verla. La estética, los diálogos, hasta los silencios, todo lo demás está perfectamente armado.
En conclusión, no está de más recordar que en los últimos años Indonesia se empezó a destacar en el mercado del cine de terror, y que este es un buen momento para empezar a ponerse al día con sus producciones… no hay que perderse joyas como esta.
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Le gustan los gatos, el glitter y el terror en todas sus formas. Tiene un problema, aunque todavía no sabe bien cuál es: muchos libros o poca casa. Actualmente se encuentra cursando una Maestría en Estudios Medievales porque es una ñoña de la fantasía épica.
