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Todo lo anacrónico está marchito, de Lucas Robledo

Todo lo anacrónico está marchito es un libro de cuentos de Lucas Robledo, editado bajo el sello Survival Horror Downloads.

Sinopsis de Todo lo anacrónico está marchito

Dentro de un contexto donde la ficción y la realidad colisionan constantemente, los diferentes protagonistas de este libro fluctúan entre los lazos más profundos de los miedos internos, de esos horrores de la vida cotidiana que te aferran, por momentos, a la peor agonía. Mundos diferentes construidos por las más variadas emociones, en seis relatos cortos que le dan forma a las experiencias del autor, a partir de oscuras metáforas, y la necesidad puntual de exorcizar esas vivencias que muchas veces nos dejan presos en recuerdos que cuesta desarraigar y desgarrar de la mente.

Reseña

Dicen que no hay que juzgar a un libro por su portada, pero, ¿quién no lo hace? Imposible. Y más si el libro que tenemos en frente es Todo lo anacrónico está marchito. Tanto las ilustraciones de la tapa como de la contratapa, ambas a cargo de José Luis Díaz, invitan a esperar buenas historias dentro de esta antología.

Adentro tenemos seis cuentos de entre treinta y cuarenta páginas cada uno. En ellos vamos a encontrar brujas, demonios, entidades de otra dimensión, criaturas tentaculares, vampiros y simples asesinos.

Casi todos los protagonistas de estas historias atraviesan un proceso de introspección, que los lleva a resultados diversos. A partir de cuestionar quiénes son ellos mismos, y quiénes son las personas a las que creían conocer, se abren puertas que llevan a destinos a los que uno no quiere llegar. El entorno que los rodea, el interior de uno mismo, el interior de los demás y hasta dimensiones paralelas van a interactuar entre sí, llenando de sangre y oscuridad cada desenlace.

Y, en este sentido, podemos decir que los cuentos, de algún modo, interactúan entre ellos. Más allá de guiños directos que hay entre algunos relatos, el sufrir solitario que acompaña a cada personaje, sin que ellos los sepan los emparenta con los personajes de los otros cuentos.

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Todo lo anacrónico está marchito: dolores pasados que envejecen diferente

Los tópicos que están muy presentes en estos relatos son: la pérdida de la madre (y un padre ausente/distante), la amistad y la decepción por el comportamiento de algún ser querido. Todo esto genera en los protagonistas sentimientos tales como abandono, incomprensión y la desazón de no saber para qué vivir. Los lazos afectivos en general son muy importantes en cada trama de Todo lo anacrónico está marchito. Pero podríamos concluir que el miedo por excelencia en casi todos los cuentos es la soledad. El nudo en el pecho (y la garganta), el no encontrarse a sí mismo y el no sentirse parte de lo que nos rodea. El lidiar con un vacío que quizás no tiene razón de ser, pero que existe y lastima.

Lo que no me convenció del libro es que la motivación de los personajes, a excepción del primer cuento, es siempre la misma. El padecimiento, la situación por la que atraviesa cada protagonista, es muy similar. Me atrevo a decir que un fragmento del último cuento resume el pesar de cada protagonista del libro: “El demonio interno más poderoso con el que me había cruzado hasta el momento: la incertidumbre de existir”. No obstante, esto también podría pensarse de otra manera: jugar con distintos desenlaces para una misma situación inicial. Después de todo, la contratapa nos indica que el autor está exorcizando vivencias a través de metáforas. Y vemos, entonces, cómo se puede crear escenarios variados desde un mismo punto de partida. Creo que Robledo buscó eso: que los golpes que les toque resistir a los personajes se parezcan entre sí, pero que deriven para distintos lados.

Anacrónico marchito

Los destacados

No voy a hablar de cada historia en particular, pero sí destacar las que más disfruté. Mi favorita fue “No estamos tan lejos”. ¿De qué trata? La protagonista de este cuento perdió a su mamá y ahora se siente sola e incomprendida. Conoció a una chica de Córdoba y decide ir a vivir con ella. Se toma el tren y este para en una estación llamada Barrow. La protagonista baja para ir al baño y, al salir, ya nada es igual. El mundo que habitaba hasta hacía cinco minutos cambió por completo.

Es la historia que más intriga me iba generando, el misterio va in crescendo y, a cada paso, todo se vuelve más extraño… Y el autor resuelve bien la trama, conectando el final con el malestar inicial de la protagonista.

El otro relato que quiero resaltar es “La propia angustia”, que abre la antología. En él, luego de la muerte de su madre, y ante un padre que nunca está en la mansión, dos niños quedan al cuidado de una institutriz. El niño empieza a aparecer golpeado y los empleados se proponen averiguar qué está pasando. Sospechan que algo puede tener que ver una curandera que en su momento intentó salvar a la madre de los chicos.

El planteo inicial me remitió a Otra vuelta de tuerca, pero, conforme avanzamos, Robledo añade brujería y elementos de folk horror y gore que me hacen destacarlo.

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Referencias, ilustraciones y el después de Todo lo anacrónico está marchito

Siempre que veo varias referencias en un libro me gusta señalarlas, ya que si el autor decidió colocarlas en el medio de sus historias, es porque las considera relevantes. Y yo disfruto indagando sobre ellas.

En Todo lo anacrónico está marchito tenemos referencias literarias (Stephen King y Lovecraft), de cine y series (30 days of night, Insidious, Supernatural, Lost, Fringe y X-Files… Y algún palito a Crepúsculo) y hasta musicales (Deftones, Deny, Discarne, Coralies).

Comencé la reseña resaltando las ilustraciones de la portada y la contraportada, que están excelentes. Pero la cosa no queda ahí: a cada cuento lo antecede una ilustración del propio autor. Con un estilo que se asemeja a las cartas de tarot, antes de sumergirnos en cada historia tenemos una pista de para dónde va la mano.

En fin, los infiernos personales y las ilustraciones internas y externas hacen de Todo lo anacrónico está marchito un lindo objeto de colección para la biblioteca de cualquier amante del terror.

Sobre el autor

Lucas Robledo

Oriundo del barrio de Turdera, comenzó a escribir de chico, creando sus primeros relatos de terror a los 14 años, además de mucha poesía. Escribe para diferentes medios digitales desde 1999.

Fue Game Designer, Level Designer, Productor y Director de Arte, tareas que asumió para la creación de más de 15 juegos para dispositivos móviles con diferentes empresas, entre otros tantos proyectos que nunca vieron la luz. Ya retirado del mundo de los videojuegos, se volcó de lleno a la ilustración, donde viene sobreviviendo desde 2016.

Actualmente escribe para diferentes sitios, como Cultura Geek y SHD (Survival Horror Downloads), donde también participa de un podcast de cine y videojuegos de terror.

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