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Matilde debe morir: la vida dentro de un libro

En la contratapa de Matilde debe morir, nos encontramos con este avance:

Hallará en esta novela, amable y ocioso lector, características habitualmente atribuibles a ciertas prácticas lúdicas. Y usted reconocerá, a medida que avanza invariablemente de página, que ya no es un simple espectador, que no tiene permitido semejante privilegio y que no podrá escapar de la historia.
Entonces, presa de un reto ineludible, usted no tendrá otra opción más que abandonar su actitud de lector despreocupado. No habrá lugar para la pereza: para eso sobran los días, la desdeñable realidad.
Y, como ya hemos dicho que esta pequeña novela podría confundirse erróneamente con un juego —con un juego inocente y sencillo—, usted querrá jugar. Y será lógico que quiera ganar: en todo juego hay ganadores y perdedores, claro.
De modo que se abren las apuestas. La banca le pone unas fichas a este tal Omar Weiler, este tal Cristian Acevedo. Pero sin dejar de vigilar al insulso de la mesa 4. Ese que será usted, y que también apostará. Incluso cuando se le indicará que esto no es un juego. Usted, que jugará incluso después de la advertencia inicial.

Matilde debe morir


Opinión de Matilde debe morir

Abordar un libro de Cristian Acevedo, para quien ya tuvo la oportunidad de disfrutarlo como escritor, implica NO tener la necesidad de generar un clima particular para hacerlo: cómodo o incomodo, frío, caluroso, con ruido o en la paz absoluta. No hay importancia de ello. Él tiene el poder de llevarnos a su mundo y captar toda nuestra atención, y puedo asegurar que te olvidas si tenías que bajarte en la próxima parada de colectivo, si se te pasa el agua del mate, si alguien te llamó por casualidad. Y eso, no es nada fácil de encontrar.

Matilde debe Morir empieza como Cristian suele hacerlo: nos ubica en tiempo y espacio, en un bar en la esquina de Charcas y Armenia, describiendo el escenario y los personajes de manera que nos acomodemos ahí, mirando y asentando cada detalle, como si lo vieras a medida que avanzás en la lectura. Nos anticipa de la existencia de cuatro personajes: Valentín (el mozo), el bigotudo que se ubica en la mesa 2, Matilde que elegirá la mesa más pegada a la ventana y el cuarto personaje, que seremos nosotros. El hecho de hacernos parte de este relato, tiene un detalle no menor, y es que Cristian desarrolla la novela en segunda persona.


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En este caso, la historia tiene un final cantado, desde el título, sabemos que Matilde Debe Morir. Ahora, uno puede prejuzgar pensando: bueno, pase lo que pase, un poco más, un poco menos, pero sabemos que el personaje, al final, muere… nunca mejor pensado por el autor invitarnos a este juego tan meticulosamente programado. Juega con una gran desventaja: mantener atrapado al lector en una historia de la cual ya sabemos el desenlace. Pero a la vez, no nos deja escapatoria.

Una vez que el autor nos da un lugar en este bar, empezará a hacer y deshacer a su gusto. Por momentos no seremos más que espectadores, sólo por momentos. Este libro nos regala la respuesta que muchas veces nos hemos hecho: ¿cómo será vivir dentro de un libro?

Tal como nos alarma Cristian en la contratapa: «Y, como ya hemos dicho que esta pequeña novela podría confundirse erróneamente con un juego —con un juego inocente y sencillo—, usted querrá jugar»   

En la novela, se nos invita al bar, a ponernos cómodos, a ser parte de cada día de Matilde, nos configura y nos reconfigura a medida que avanzamos en la lectura.

Al fin de cuentas, no nos deja ser la misma persona al principio y al final de la novela.



BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Cristian Acevedo Nació en Buenos Aires en 1980. Parte de su obra literaria ha sido premiada en diversos certámenes: Segundo premio en el Concurso de Cuentos de la Fundación Victoria Ocampo, “Nelly Arrieta de Blaquier 2014”. Primer premio en el Gonzalo Rojas Pizarro de Cuento 2013.
En 2014 publicó Canibalísmico, bajo el sello Expreso Nova Ediciones.
En 2015, la editorial Letras Cascabeleras (Esp.) publicó su segunda antología: Indignatarios.
Recientemente ha publicado Sommelier de infiernos, tras haber resultado ganador de la Convocatoria de Narrativa 2016 de Baltasara Editora. Además de participar en diversas antologías, ha publicado sus relatos en distintas revistas culturales de habla hispana: La Balandra, Colectivo Cultural Manuzio, Vanity Press Magazine, Revista Almiar.
A la fecha, su novela Omar Weiler merece morir permanece inédita.

 

imprenta dorrego

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