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Entrevista a Fabián Forte: hablamos de «Cosa e Mandinga» y mucho más…

Entrevista a Fabián Forte, director de Cosa e Mandinga, Mala carne, Celo, Malditos sean!, El muerto cuenta su historia y muchas otras películas.

Fabián Forte cosa e mandinga
Fabián Forte (Ph: Directores AV)

Hace unos días nos topamos con el primer trailer de Cosa e mandinga, unas imágenes que enamoran a los amantes del género, o por lo menos eso nos pasó a nosotros. Detrás de ese adelanto está el nombre de Fabián Forte, y hoy lo tenemos acá para entrevistarlo:

Buenas, Fabián. Antes que todo te queremos agradecer por la buena onda, y por brindarnos un poco de tu tiempo, que ahora también está destinado a la paternidad. ¡Felicitaciones! Más adelante hablaremos de lo nuevo que se viene, pero vamos a arrancar con la parte creativa:

Terror.com.ar: Cuando investigamos un poco tu trayectoria nos cruzamos con que además de director, sos asistente de dirección. ¿Cómo funcionan en vos estos dos oficios?

Fabián Forte: Exacto. El oficio de la asistencia de dirección lo ejerzo desde el año 2003 profesionalmente en películas comerciales, algunas independientes también. Pero lo aprendí instintivamente al realizar mis primeros cortometrajes allá por el año 93. Esos cortos los escribía, lo producía, los ordenaba, armaba el cronograma de tiempos (plan de rodaje que hacia instintivamente) y luego conseguía a los actorxs, ensayaba y tenía el rodaje acompañado siempre de personas que me ayudaban, estando presentes en el rodaje o dándome cámaras o micrófonos prestados. Nunca tuve equipos propios, me refiero a cámara o equipos de sonido, pero siempre tuve apoyo incondicional de personas que me acompañaron. Hice muchos trabajos de manera indie, incluso mis primeras tres películas, Mala Carne (2002), Celo (2007) y Malditos sean! (2010). Son realizaciones independientes en donde contábamos con un equipo de amigos profesionales.

Ese oficio de asistente de dirección que fui haciendo al comienzo de manera instintiva hoy es fundamental a la hora de dirigir una película. Trabajar como AD en aproximadamente 3 o 4 largometrajes por año, hoy tengo ya 35 largometrajes como AD, me da no solo mucha experiencia a la hora de coordinar y organizar un rodaje, también me da consciencia de tiempos, a la hora de crear una puesta de cámara. Al resolver una escena. Aunque no lo creas, al escribir un guion también pienso en el asistente de dirección, en el tiempo y el dinero que te tendré a la hora de hacer esa película que escribo, y trato de ser consciente de escribir historias que pueda realizar dentro del formato industrial de mi país. A veces puede limitar, pero te aseguro que ganas en salud y frustraciones.

En mis rodajes siempre trabajo con un asistente de dirección (El Oso Armoya me acompaña en general en todas mis películas), pero siempre les doy un plan de rodaje ideal que armo previamente al pensar en los planos que quiero hacer para mi película. Cantidad de planos angulaciones lentes, dentro de un esquema de tiempos razonables. Luego mi asistente tratara de defender ese plan, pero obviamente ahí ya entran factores externos como agendas del elenco, locaciones, horarios de trabajo, horas de rodaje, etc. Y bueno, aquí es donde debemos acomodar las piezas.

O sea que siempre el asistente de dirección está presente en mí, es quien me baja a tierra y me muestra lo posible a la hora de realizar mi película.

Fabián Forte cosa e mandinga

A la hora de poner en la balanza el oficio: ¿cuánto hay de director y cuánto de asistente de dirección?

FF: A la hora de hacer una película como director, obviamente siempre hay más de director. Lo creativo, las decisiones que uno toma a lo largo del proceso del hacer una película son muchísimas. No solo se piensa en las decisiones artísticas, como contar esa película, el lenguaje audiovisual a desarrollar, el estilo de las actuaciones, el modo de trabajarlas, también pensás en el elenco, en el equipo técnico indicado para que te acompañe en ese proyecto. Hay decisiones que se toman en conjunto con el productor, y artísticas con cada área específica, por lo cual el director es quien debe decidir, coordinar y ordenar. Pero como te dije antes, en mi caso es todo el mismo proceso. Soy un monstruito de varias cabezas. Guionista, AD, director.

Me imagino que este tipo de intensidad en tu trabajo te ayuda a aceitar la parte creativa y de escritura. Venís metiendo una película por año desde 2014, y antes de eso ya tenías otros proyectos audiovisuales. ¿Llegaste al punto de sentir el peso de tu trabajo? Llamémosle stress, cansancio, aburrimiento o el nombre que quieras.

FF: Me encanta mi trabajo, no lo cambiaría por nada en el mundo. Puede gustarme la música, la actuación, artes que siempre estaré incursionando y aprendiendo, pero hacer una película es lo que más amo. El stress aparece siempre, también la presión, pero eso sucede siempre creo yo, cuando uno es motor de sus propios proyectos, o bien cuando sos la cabeza que decide mayoritariamente en una película. Pero son desafíos y uno lo hace con amor y pasión por el cine. Aburrimiento, eso sí que nunca me paso. El cine es puro movimiento. Paciencia, seguro. Son procesos largos y hay que aprender a cultivar la paciencia. Ansiedad también.

Fabián Forte cosa e mandingaAlgunas de tus películas fueron independientes, y otras comerciales (Socios por accidente, un éxito en taquilla). Poniendo esto como blanco y negro: ¿dónde te sentís más cómodo? ¿En el respaldo comercial, pero con limitaciones creativas o en las libertades de lo independiente y el resultado limitado por el entorno?

FF: Creo que cada proyecto es único. Si hablamos de cine independiente o comercial, creo haber aprendido a moverme en sus distintas reglas. El cine indie tiene mayor libertad creativa pero económicamente es austero. Al menos las experiencias indies que yo tuve que fueron películas realizadas con dinero personal. Estos proyectos me daban libertad de decidir el corte final de la película, como de cada escena que la integra. Pude decidir por completo elencos y factores fundamentales en una pieza cinematográfica.

Cuando haces una película comercial, en el caso de Socios por accidente contratado como director junto a Nicanor Loreti, las decisiones se discuten con los productores dueños del proyecto. Ellos te contratan por tu oficio, pero a su vez ellos deciden factores comerciales importantes que nunca hay que dejar de lado cuando es un proyecto pensado para determinado target. Ahí radica el lugar en donde te ponés al dirigir. Yo soy un contador de historias audiovisuales, cuando debo dirigir un proyecto escrito por otra persona, analizo e interpreto esa historia, pienso en cómo me gustaría ver esa película en una pantalla, hablo con los productores y les hago una devolución de lo que creo del guion, algún cambio que me gustaría hacer, si me dan permiso hablo con los guionistas y me meto un poco en la escritura pero solo para estructurar o agregar/quitar alguna escena.

Las decisiones del elenco son debatidas con la producción, siempre en el caso de ser una película comercial. Es importante los nombres que integren el elenco, y la posibilidad de que esos nombres sean taquilleros. Se deciden muchas cosas en conjunto, y uno debe tener bien claro el lugar que te corresponde al ser contratado, como también tener en claro a quién va destinada esa película, publico, tipo de humor, ritmos , estética, etc.

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Aclaro que igual el cine comercial también tiene límites presupuestarios. Nada es maravilloso y siempre sentís que falta más dinero. Sucede en las grandes ligas me imagino, los limites siempre están.

Trabajaste junto a Demian Rugna en Malditos sean! ¿Cómo fue ese proceso? ¿Te gusta trabajar en equipo?

FF: Demian es un gran amigo, con quien estos últimos 15 años hemos crecido cinematográficamente juntos. Lo conocí como guionista en La muerte conoce tu nombre, película que él escribió y dirigió Daniel de la Vega, yo participe como AD. Desde esa experiencia, luego trabaje como AD en The last Gateway, película que Demian dirigió, su primer largo. Y desde allí no paramos de pensar y hacer cosas juntos. Al día de hoy siempre somos parte de nuestros proyectos, el cómo editor en mis películas o yo como asistente en las suyas. Malditos sean! fue un proyecto creado en el año 2007 en el Buenos Aires rojo sangre, festival de cine de género aquí en Argentina, entiendo uno de los festivales más grandes de cine de terror en Latinoamérica. Data de más de 17 años si mal no recuerdo.

En los pasillos del BARS pensamos en hacer una película de terror episódica, nos gustaba ese formato y aparte teníamos más experiencia en ese entonces como autores en cortometrajes más que en largos. Era un terreno más conocido por nosotros. En el año 2008 hicimos un casting para convocar al elenco y decidimos hacer un corto que Demian ya tenía escrito llamado Cafeomancia, sobre una maldición y adivinadoras de borras de café. De alguna manera ese corto trazó la línea argumental de los próximos episodios, ya que hablábamos de maldiciones. Durante el 2008 con amigxs y de forma independiente realizamos ese corto en un fin de semana de rodaje pero varios meses de post de imagen y sonido. Presentamos el cortometraje en el BARS de ese mismo año y la buena repercusión con el público nos marcó que estábamos en la vía correcta.

En el año 2009 realizamos el segundo cortometraje escrito por mí, repetimos los pasos, lo presentamos en el 2009 también en el bars, y en el 2010 hicimos el cortometraje con mayor apuesta en Malditos sean! Era la historia que hilvanaba las otras dos y también el de mayor producción. Fueron más días de rodaje y el equipo también fue mayor en cantidad de personas que colaboraron. Cada una de las historia tuvo un DF diferente (Millan / Barrozo / Val) pero la mayoría del equipo fue el mismo a pesar de que el rodaje fue dividido en tres años.

Hacer una película de esta manera hizo crecer los desafíos cada año, y al mirar el detrás de cámara nos dábamos cuenta que año a año éramos más gente en el mismo proyecto. Se sumaban colaboradores a Malditos. No solo detrás, también delante de la cámara. El elenco era mayor y el desafío narrativo y técnico crecía con cada episodio.

Malditos sean! En el año 2012 gano un concurso del INCAA y tuvo un premio monetario que nos ayudó a terminar la película, un mejor sonido, corrección de color, dinero invertido en distribución y publicidad. Nosotros fuimos los productores y todas las decisiones las tomamos nosotros, como difundirla hasta que festivales enviarla. Tuvimos un distribuidor y un agente de prensa para su estreno, pero el dinero invertido para esta etapa era el que ganamos con el concurso.

La película fue bien recibida en su estreno, pocas pantallas pero muchos medios interesados en verla y dar su opinión. Creo que su estreno fue en el 2014 enero, y con el tiempo participo en más de 20 festivales internacionales, Sitges, Fantaspoa, Fantasía, entre otros prestigiosos. Nos dio a nosotros experiencia y hermandad. El equipo de Malditos es en su mayoría el mismo con el que trabajo hoy.

Con Demian coincidimos mucho en la forma y el estilo de hacer cine y creo que eso se transmite en la película y en el proceso de realización. Tengo gustos similares y objetivos parecidos.


Pueden ver la película completa Malditos sean! en la web de Demian Rugna.


Hablando de la actualidad argentina con respecto a las producciones audiovisuales, ¿qué opinión tenés sobre las famosas cuatro semanas de filmación?

FF: Es que si tenés un guion escrito teniendo en cuenta la baja producción, todo bien. Un diseño de producción acorde, un guion escrito con consciencia del bajo presupuesto y el poco tiempo. Si el guion fue escrito sin pensar esto, con libertad creativa pensando que lo vas a hacer en Hollywood o con mucha coproducción y terminas haciéndolo con poco dinero y en cuatro semanas, preparate porque la pasaras mal. A menos que tengas un buen plan de contención, o seas muy económico y creativo en la puesta de cámara, y tengas mucha claridad a la hora de analizar el guion y decidir qué quitar para llegar a hacer ese guion en tan poco tiempo. Hacerlo manteniendo el espíritu y la historia, sin perder calidad.

Mala Carne la hicimos en 6 días de grabación. Éramos 8 personas más 5 actores. No teníamos luces. Sonido de cámara. Súper indie. Cámara mini dv alquilada. Sucedía toda la película en una casa. La casa de una amiga. Excepto los primeros 10 minutos en unas calles del barrio de Devoto. Fue escrita pensando en lo que teníamos, en quienes seríamos a la hora de hacer la película (8 personas) y en cómo se haría (cámara en mano, edición en cámara, la mayoría del rodaje cronológico). Y así se hizo. Se ahorró de todos lados. Y la pasamos bien. Y la cinta con sus errores y virtudes tiene vida, y ahí anda en redes. La historia se contó, jugamos, experimentamos, y se coronó con que fue vendida a USA en donde nos ofrecieron hacer algunos cambios y reeditarla.

A lo que voy, si uno es consciente y tenés un proyecto acorde, todo ok con las 4 semanas de rodaje. Sino, es un gran problema. Hacer una película no contenida con un guion complejo de producir, en 4 semanas, es un problemón y obviamente pierde la película, que empieza a tener una mala factura técnica, o se quitan escenas de guion importantes, como también personajes importantes, que luego en el resultado final ves los errores.

Socios por accidente fueron 7 semanas de rodaje, año 2014. El dinero rendía de otra manera y habían productores asociados.

Fabián Forte cosa e mandinga

 

Cosa e Mandinga, año 2019, fueron 3 semanas y dos días de rodaje. Solo dinero INCAA, proyecto que demoró años en hacerse y el dinero se devalúa. Tuvimos que trabajar mucho en el guion, y armar una segunda unidad para lograr realizar todas las escenas en los 17 días de rodaje.

Lamentablemente los 4 años macristas hicieron bastantes estragos en la industria del cine nacional y nuestro cine sufrió devaluaciones económicas y retrasos de diversas índoles que afectaron a las producciones, por consecuencia, el resultado final de muchas de las películas. También el cine está en un momento complejo con la competencia de un mercado fuerte, internet, Netflix, nuevas plataformas y formatos que crecen y generan nuevas formas de mercado y producción. Es un momento bisagra, ni hablar ahora con la llegada del COVID19 y la detención de la industria audiovisual.

ACLARACION Cosa e Mandinga aun no está terminada, el COVID 19 nos hace estar en pausa. Nos queda una semana de rodaje en Misiones. Y obviamente toda la post.

Por lo que sabemos tuviste que reescribir el guion de Cosa e Mandinga varias veces. ¿Se hace difícil o uno se acostumbra?

FF: Es parte del trabajo del guionista. Reescribir una y otra vez los guiones, a veces por estructura, a veces por cuestiones monetarias, a veces por cambios de intenciones o diálogos. Las versiones cambian incluso en rodaje. Y al editar también hay cambios, a veces quitas o cambias de lugar escenas, o bien editas diálogos, para lograr mayor fluidez en el ritmo.

Fabián Forte cosa e mandinga
Fabián Forte

Y ya que tocamos temas actuales, nos gustaría hablar de lo que estás por terminar: Cosa e Mandinga. Uno de los protagonistas es un chamán y se toca mucho ese folklore. ¿Cómo hiciste para investigar? ¿Estuviste en contacto con alguna persona de ese ámbito, leíste algo en especial o es todo ficción?

FF: La escribí en una época en donde el chamanismo me comenzó a interesar. Leí toda la saga de Castaneda, como también libros más específicos de chamanismo, tuve incursiones en ritos y participe en ceremonias de sanación con plantas sagradas. El universo chamánico me fascina y me parece un hermoso camino de autoconocimiento.

La película toma algunos tópicos, siempre desde una visión fantástica, y con bastante humor. Es una película fantástica, terror e ironía.

Me enamoró pensar en un personaje como Antonio Poyju, un chamán, brujo, incomprendido para muchos, recluido en un loquero, por su propia hija. El tema de la fe es la base de la película, y cómo dejamos de ser quienes somos por agentes externos.

A su vez la historia nos dio la posibilidad de trabajar con elementos nuestros, propios, ya que nuestro folklore es muy basto y amerita que enfoquemos en él. Es un gran lienzo para jugar elementos de la narración fantástica.


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¿Creés en el tipo de magia de Cosa e Mandinga?

FF: Sin dudas.

Por lo que se puede ver en el tráiler de Cosa e Mandinga (que nos encantó) notamos que la mayoría de los “monstruos” o “demonios” están realizados con maquillaje. La pregunta viene más que nada porque en algunas películas se abusa del uso de los fx digital y esta decisión suma mucho. ¿Fue una elección tuya o es por un tema de presupuesto?

FF: Valoro mucho el laburo de make up y lo presencial. Los personajes de carne y hueso. Creo que muchas películas se apoyan en lo digital y en lo personal, le quitan potencia, visceralidad, verdad. A veces se abusa tanto de los digital que han destruido películas potenciales, ideas muy buenas que quedaron como catálogo de efectos visuales. Esto lo veo mucho en el cine de Hollywood actual. Entiendo que las nuevas generaciones tal vez busquen ver efectos digitales en las películas que consumen, pero no solo pierden efectividad, también las noto similares. Hay pocas apuestas, van a lo seguro y repiten formulas no solo en guiones y secuelas, también en recursos digitales.

A su vez debo reconocer que el cine que me hizo amar el cine es el de género de los 80, 90, hollywoodense, en donde tipos como Tom Savini o Rick Baker eran dioses del make up. Esas películas, ese espíritu es el que me gusta rescatar.

Obviamente Cosa e Mandinga tiene muchas intervenciones de vfx en post (Andres Borghi es quien hace los efectos). Pero son agregados sobre el trabajo de base creado en maquillaje en set por Marcos Berta (Aterrados / Malón los que vuelven). Ambos me acompañan en mis últimas películas.

El desafío está en poder lograr un producto en donde los fans del género queden conformes no solo con la historia sino también con los maquillajes y los efectos. Las películas de género suman este riesgo que otros géneros no tienen.

Trailer de Cosa e Mandinga

Como si fuese un piedra, papel o tijera: ¿creés que el escritor mata al director?

FF: No creo. Es un trabajo en conjunto. Si el guionista no es uno mismo, se trabaja en equipo. El ego si puede matar cualquier cosa. En cine hay que aprender a trabajar con los oídos abiertos.

Si uno es el propio guionista de sus películas tenés una visión integral al realizarlas. Sos consciente de cada texto y línea de dialogo. Hay que aprender a soltar, a saber que defender y que no, como también apreciar que colaboraciones aportan a sumar o enriquecer el guion. Oídos abiertos!

Siguiendo por ahí: ¿un buen guion mata lo visualmente bello?

FF: Creo que un buen guion es una buena película. Bellos efectos y un mal guion, será una mala película siempre. La base es el guion.

Como curiosidad, ¿sos de ver tus películas luego de un largo tiempo?

FF: Claro que sí. Trato de no hacerlo, pero a veces me pica el bichito y les pego un visionado. Y me doy cuenta que mi cabeza cambia a un ritmo acelerado.

Creo que se nos fue la mano con las preguntas, pero con una persona con tanta experiencia nos dan ganas de preguntar mucho más. La próxima hablaremos de tus otras películas, de los éxitos comerciales y todo lo que quedó afuera.

FF: Cuando quieran, aquí estaré.

Te agradecemos muchísimo tu buena predisposición y a los lectores les decimos que si les gusta el género y el cine, no se pueden perder los trabajos de Fabián Forte, en especial lo que está por venir: Cosa e Mandinga

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