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Dos calaveras, terror poético

CONTRATAPA

Martín Blanco y Gonzalo Ventura son dos de los autores más representativos de la nueva corriente de terror argentino.

Sus trabajos se han convertido en éxito, muy poco tiempo después de haber sido lanzados al mercado.

Se publicaron en Argentina y en España, siendo mimados por la crítica.

La novela “3 días” de Gonzalo Ventura, publicada por Santa Guadaña, ya ha comenzado su camino hacia la pantalla grande.

También se iniciaron las tratativas para llevar al cine tres de los cuentos de la antología “Carnaval de Sangre”, publicada por la misma editorial.

 El tercer lanzamiento de Santa Guadaña en Argentina, “Italparka”, ha agotado su primera edición a solo dos meses de haberse publicado y ya lleva tres ediciones en la calle.

 Además de todo esto, Martín y Gonzalo también escriben poemas que, por supuesto, están fuertemente influenciados por el cine de terror, los cómics, la música punk y heavy, las artes marciales y la noche de Buenos Aires.

Urbanos. Salvajes. Desesperados.

Así son sus poemas.


RESEÑA

Un poco de terror, un poco de horror. Algunas risas producto de un muy bien trabajado humor negro. También varias lágrimas en líneas que traen a tu memoria viejos recuerdos familiares, de personas que quizás ya no están, o que nunca estuvieron. Todo esto y más es lo que genera el libro de poemas Dos Calaveras, una genialidad creada por dos genios: Gonzalo Ventura y Martín Blanco.

Esta es mi primera ocasión leyendo un poemario de terror, y a nivel personal el segundo libro de poemas (el primero fue hace unos largos años Las aventuras de Tom Bombadil, de J. R. R. Tolkien) y debo admitir que lo disfruté y mucho, a pesar de mi miedo inicial a los poemas. Aunque a ser sincero, la palabra exacta para describirlo era desconfianza: al ser un estilo de literatura al que no estoy acostumbrado tenía cierto temor a que no me gustara. Sin embargo el libro es una maravilla de principio a fin. La portada me encantó y desde el comienzo Dos Calaveras logra atraparte, lo hace desde sus primeros versos, presentando historias que logran llegar a lo más profundo de uno, derribando paredes y trayendo recuerdos ya superados, quizás hasta olvidados.

Se nos presentan dos partes, separando así las obras de los autores. La primera (Somos los muertos, los cajones, las flores, los que lloran y los resucitados) corresponde a la prosa de Gonzalo Ventura, escritor a quien ya tuve la oportunidad de leer con anterioridad (3 días, obra recomendadísima si te gusta el terror, acá pueden leer la reseña) y que vuelve a acertar en un trabajo esta vez muy distinto. Los sentimientos afloran con cada palabra en poemas escritos con mucha fluidez. La empatía con el lector esta lograda a la perfección, con historias que logran hacerte reflexionar y mucho.

Entro a la iglesia

y me quedo un rato

mirando la cruz.

La historia

no puede ser mejor.

Dios nos mandó a su hijo

para salvarnos.

Nosotros lo torturamos

lo crucificamos

y se lo mandamos de vuelta.

Nada más nos faltó

colgarle un cartel del cuello

para que las cosas le quedaran bien claras

al padre del Cristo.

Un cartel que dijera

«Bajá cuando quieras

que para vos también hay».

 

La segunda parte corresponde al trabajo de Martín Blanco (Postales desde el olvido). Acá notamos el cambio de autor y se percibe una frescura diferente. Personalmente lo sentí más cercano, como si se trataran de las vivencias de un amigo, hechos que forman parte de la vida de un hermano, situaciones que nos duelen al leerlas tanto como le dolió a la persona que las afrontó.

Una vez tuve un sueño.

 

Una mujer desnuda

llena de sangre

vomitando un bebé

absolutamente rojo.

 

Tenía 8 años

y esa fue la primera pesadilla

-con los ojos cerrados-.

 

Dos estilos distintos pero similares, opuestos que se complementan a la perfección. Dos colecciones de poemas creados para funcionar uno junto al otro, expandiendo la experiencia vivida por el lector, añadiendo matices a una obra audaz. Un libro que supera las expectativas con comodidad, recomendado para los amantes del género de terror, pero también para los adoradores de la poesía. En resumen, una obra que nadie debería perderse. Otro gran trabajo por parte del colectivo editorial De La Fosa.

Colectivo editorial De La Fosa




SANTA GUADAÑA

Una editorial dedicada exclusivamente a la sangre, al terror y al suspenso.
Desde su creación, la meta fue clara: ofrecer relatos que vuelvan a las raíces del género, pero buscando algo nuevo en ese retorno. Algo distinto que aporte originalidad.
Para sus directores, Gonzalo Ventura y Martín Blanco, los monstruos son monstruos y el horror tiene que dar miedo.
Por eso, toman el camino de regreso a lo primordial: la angustia, el mal sabor, lo que está torcido.

 

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