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Desatormentándonos, de José María Marcos

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Desatormentándonos, a pesar del exorcismo que aúlla su título, es un libro horroroso en todo lo que da de sí el término. Un libro sembrado e infectado de espantos, fantasmas, monstruos, zombis, apocalipsis, brujas, máquinas malvadas y seres humanos que parecen errar todos sus pasos (para regodeo y alegría de nuestro instinto morboso).

Hay cuentos como El Cangrejo o Isolina que perturban nuestra existencia y nos dejan una desagradable sensación de indefensión. Otros, como Proyecto Ivanov, Dios máquina o El Castillo de Silling, cachetean y ponen en carne viva nuestras falacias, a la vez que nos deleitan con una imaginación prodigiosa, verbigracia: chanchitos y jirafitas bonsái, un castillo chasco donde podemos espiar las más salvajes perversiones o una máquina que ora por nosotros al tiempo que nos desea con lujuria.

La narrativa de José María Marcos tiene el encanto de los buenos narradores de cuentos, ese no sé qué folklórico que anuda el terror con lo grotesco, sosegando los excesos con el sempiterno humor negro de los hombres de campo: la frase justa y de ingenio afilado.

Hay libros sobre monstruos y otros que son monstruosos per se. Desatormentándonos es algo peor, es un libro que transforma en monstruo al lector, porque en sus fábulas reconocemos los vicios y carcinomas morales que nos devoran por dentro. Eso que nos muta en lobos a la luz de la luna y en larvas bajo un tórrido sol veraniego.

Parafraseando a José María Marcos, luego de la lectura de este libro, “nuestros días parecerán retazos de una larga pesadilla”.

Mariano Buscaglia

Desatormentándonos

Reseña de Desatormentándonos

Desatormentándonos es un libro de cuentos escrito por José María Marcos y editado por Muerde Muertos.

Diez relatos componen esta antología de 157 páginas, en la que nos encontraremos con elementos de ciencia ficción, con entidades no humanas, con personas que tienen costumbres extrañas y con alguna que otra invasión que amenaza con tornarse apocalíptica.

La mayoría de los cuentos ocurren dentro de alguna casa o lugar cerrado, teniendo, salvo un par de excepciones, a una única víctima para los horrores que el autor viene a ofrecernos.

Otra cosa que está muy presente en estos relatos es el sexo. Ya sea como obsesión, como deseo desenfrenado, como fantasía, como algo asqueroso de lo que no se puede escapar, como perversión, los encuentros íntimos dan origen a varios de los horrores que experimentan los personajes de Desatormentándonos. Imagínese, lector, por ejemplo, soñar todas las noches teniendo intimidad con alguien que lo repugna.

La vejez también resalta en este compilado, ya sea en el papel de victimarios, con algún personaje contando una historia o leyenda, o buscando la manera de sobrellevar su decadencia física. Y su soledad.

A propósito de esto, en gran medida, los protagonistas de estas historias son solitarios. Solitarios que no disfrutan de dicha condición. Y es la búsqueda por sortear esa fatalidad, que los tiene insomnes y amargados, lo que los hará recurrir a soluciones no del todo recomendables. Algunos de ellos tienen un buen pasar económico, pero, lector, nosotros sabemos muy bien que hay tormentos que el dinero no puede desatormentar, ¿no?

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Favoritos del horror

Debido a que la cantidad de cuentos que conforman la antología no es extensa, serán tres los que resaltaré como mis favoritos:

  • El Cangrejo: el pasado es parte de nosotros. Y, a veces, olvidamos allí las respuestas para nuestro presente.
  • Desatormentándonos: contado en primera persona, como si fuera una historia real (¿lo fue?), el autor nos pone en conocimiento de algo que un colega periodista suyo le confió. Una historia de la que fue testigo y protagonista, y sobre la cual nunca se atrevió a escribir.
  • Caracoles: la aparición de unos peligrosos caracoles en el conurbano bonaerense pone en emergencia al país.

Varias de las historias de este libro transcurren en Uribelarrea, localidad del Partido de Cañuelas. Siendo quien escribe vecino de la zona (vivo en el Partido de Ezeiza, aledaño al de Cañuelas), siempre relacioné Uribelarrea con la Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal (y, a quién engaño, lo seguiré haciendo). Pero ahora, además, por obra y gracia de José María Marcos, cada vez que la escuche nombrar, o vaya a dicha localidad, vendrá a mi cabeza la posibilidad de toparme con algún animalito miniatura, o algún zombi, o alguna estatua viviente.

Sobre el autor de Desatormentándonos

José María Marcos
Foto: Ale Meter

José María Marcos está dedicado a desarrollar una obra vinculada al horror contemporáneo. Ha publicado el libro de cuentos Los fantasmas siempre tienen hambre (2010); las novelas Recuerdos parásitos (quién alimenta a quién…) (2007) y Muerde muertos (quién alimenta a quién…) (2012), ambas escritas con su hermano Carlos; las nouvelles El hásmter dorado (2014), Monstruos de pueblo chico (2015) y Frikis mortis (2016); y el poemario Haikus Bilardo (2014), con Fernando Figueras e ilustraciones de Matías Berneman. Sus relatos, reseñas y entrevistas sobre literatura fantástica han aparecido en diversas revistas, como Insomnia y miNatura. Magíster en Periodismo y Medios de Comunicación (Universidad Nacional de La Plata), dirige el semanario La Palabra de Ezeiza (fundado en febrero de 1995). Nació el 17 de septiembre de 1974 en Uribelarrea (Argentina).

Resultó finalista en el IV Premio de Literatura de Terror Villa de Maracena 2009 (Granada, 2009) y ganador del Concurso Nuevo Sudaca Border 2010-11, de la editorial Eloísa Cartonera (Buenos Aires, 2011). En 2011, el conjunto de su obra recibió el reconocimiento del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y la Dirección de Educación y Cultura de la Municipalidad de Ezeiza, por su aporte a la literatura bonaerense y ganó el 1º Premio en el XVII Concurso de Cuentos Fantásticos y de Terror Idus de Marzo (Dos Hermanas, Sevilla, 2011). En 2016 fue finalista del Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil.

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