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Argentina Zombie: Buenos Aires BZ

CONTRATAPA

Buenos Aires se ve invadida por los muertos. Los cadáveres regresan a la vida, hambrientos de carne fresca y con unas extrañas y grotescas cucarachas que excretan de sus cuerpos.

Rubén es oficinista; Julián, cadete y Camila, enfermera. ¿Qué tienen en común todos ellos?

Cada uno enfrenta el día BZ a su manera, corriendo por sobrevivir, luchando contra los muertos que ansían comerlos. Pero el destino de todos se une con un solo objetivo: llegar al Palacio Pizzurno, el último reducto libre de zombies en toda la ciudad.

Buenos Aires BZ

 


RESEÑA

Trámites laborales encargados a último momento, viajar en subte como ganado y contando los minutos que faltan para llegar tarde, el calor sofocante de diciembre… Todo eso ya bastaría para configurar una historia de terror y una serie de lamentos por parte de quien lo padezca. Pero las cosas siempre pueden empeorar. Por ejemplo, si a lo antes dicho le sumamos un apocalipsis zombi. Sí, lector, Buenos Aires comienza a ser víctima de una horda que crece a cada momento. Los muertos están mordiendo a los vivos y los vivos no saben qué hacer.

Así comienza Buenos Aires BZ, una novela de Julio Rembado que trae a las tierras argentinas el andar pútrido de los que quieren comer carne viva. La acción no se hace esperar: en el prólogo, alguien toce; en el primer capítulo, alguien camina a los tumbos, se desploma y despierta con ganas de morder a quienes lo rodean. De ahí en adelante, la infección no hace más que propagarse.

A los largo de los capítulos (que son dieciséis, más tres interludios… y un epílogo) iremos presenciando cómo el microcentro porteño se convierte en un quilombo… más de lo habitual. La historia se va desarrollando de manera coral, presentándonos a varios personajes cuyos caminos se irán cruzando conforme avancemos. E intentarán llegar al único lugar que parece ser seguro.

La acción es constante desde el inicio, los protagonistas no tendrán ni un respiro. Esto podría conllevar poco desarrollo sobre la vida o personalidad de cada uno, en pos de mantener viva la tensión. Sin embargo, estos datos son brindados, haciéndonos saber todo aquello que necesitamos para entender por qué cada uno actúa de la manera en que lo hace. Está bien logrado el armado de cada personaje. Antes de que el caos se desate, algunos tenían una vida tranquila; otros, miserable. Una vez iniciado el desastre, algunos sólo pensarán en cómo están sus seres queridos; otros, en cómo hacer para sobrevivir sea como sea. En Ensayo sobre la ceguera, Saramago dice que, quizás, sólo en un mundo de ciegos podamos ver las cosas como realmente son. Parafraseándolo: quizás sólo en un mundo de muertos que caminan podamos conocer la verdadera personalidad de cada ser vivo. Con algunos vamos a empatizar y desear que sobrevivan, mientras que a otros los vamos a odiar y desearles lo peor.

¿Cuál es la causa de la infección? ¿Qué está haciendo el gobierno al respecto? ¿Sigue habiendo gobierno? ¿Es algo nacional o es una catástrofe mundial?

Me gustan las historias de zombis. Y, siempre que estén bien contadas, me resultan interesantes. En el caso de Buenos Aires BZ, quiero resaltar dos particularidades, dos detalles, que considero que le suman. La primera es una característica de los zombis: tienen insectos en su interior. Cuando abren la boca o cuando una herida lo permite, brotan de sus entrañas patas grandes y peludas. A veces cucarachas, otras veces arañas. Le da un toque más de inmundicia a algo que ya de por sí es nauseabundo. La segunda particularidad es sobre un personaje. Pero no es mi intención contar más de lo que corresponde contar. Es algo que podría no estar en el libro, y este seguiría funcionando. Pero está, y suma. Sólo diré que el autor encontró una interesante forma de añadirle a una historia de zombis otro elemento del universo del terror, sin forzarlo y sin quitarle verosimilitud al relato.

También vale señalar algunas referencias a la historia argentina reciente: alguna protesta masiva, alguna represión, algún helicóptero… incluso, quizás, el nombre del presidente. Todo contribuye a situar los acontecimientos en tiempo y espacio.

El libro consta de 340 páginas y fue editado por Tinta Libre Ediciones.

Julio Rembado


 

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